Cuidemos nuestro órgano más bello

La mano es probablemente el elemento más bello intrigante y complejo del sistema musculoesquelético, permite al músico interpretar una compleja melodía al tiempo que permite a un escalador aguantar todo el peso de su cuerpo sobre un solo dedo. La mano tiene además en nuestra sociedad una función social, desde el saludo a un desconocido a las caricias a nuestros seres queridos, la mano nos representa siendo parte de nuestros sentidos y de la transmisión de nuestros sentimientos. Por todo ello una lesión, un dolor o una enfermedad crónica que afecte a una mano supone un sufrimiento que va más allá del simple dolor, supone una sensación de perdida y de limitación que afecta a todas las esferas de nuestra vida cotidiana.

La cirugía de la mano es una cirugía compleja, se enfrenta al dolor, la perdida de función, una anatomía delicada y una biomecánica compleja lo que obliga a los cirujanos que la practican a una formación más extensa que la que obtienen en sus programas de residencia pues requiere de conocimientos y habilidades en varias especialidades como la cirugía ortopédica, cirugía plástica, cirugía vascular y neurocirugía.

Escuchar al paciente y explicarle el problema que presenta y como se va a tratar son pilares fundamentales para obtener un buen resultado y la base para una buena relación médico-paciente.