En ocasiones tras una fractura, el hueso puede infectarse. Esto puede ocurrir en el momento del accidente en fracturas abiertas (aquellas en las que el hueso perfora la piel y queda expuesto) o como complicación de la cirugía.
En estos casos es frecuente que el foco de fractura pierda la capacidad de consolidar (de pegar). El tratamiento de estas lesiones requiere de un tratamiento en varios pasos para evitar la amputación. En una primera cirugía debe resecarse todo el hueso infectado como si de un tumor se tratase. El espacio donde estaba el hueso se rellena con un espaciador con cemento impregnado de antibiótico y se coloca un fijador externo para mantener alineado el miembro.
Tras esta primera cirugía se realiza un tratamiento con antibiótico que va desde las 3 a las 6 semanas. Tras este periodo se suspende el antibiótico unas semanas y se realiza una analítica para confirmar la desaparición de la infección.
Una vez solucionada la infección la reconstrucción del esqueleto se realiza mediante la trasferencia microvascular del peroné de la pierna sana.
El peroné tiene una función importante en la parte cercana a la rodilla donde se inserta el ligamento colateral externo y a nivel del tobillo donde forma parte de la articulación del tobillo. Sin embargo su tercio medio no tiene ninguna función importante y esta muy vascularizada por la arteria que le acompaña. Esto nos permite tomarlo junto con la arteria y la vena acompañante.
Esta vascularización supone una ventaja muy importante respecto a un hueso no vascularizado ( por ejemplo los injerto que se toman de la pala iliaca sobre la cadera). Por un lado al ser vascularizado el aporte de antibiótico así como las defensas naturales esta asegurado, por otro lado se comportará como un hueso sano permitiendo que consolide rápidamente , por último con el paso del tiempo el hueso tendrá la capacidad de crecer y hacerse mas robusto.
Caso Ilustrativo
Varón 35 años que presentó hace 18 meses una fractura abierta de tibia y peroné GII.
Fue intervenido en 3 ocasiones previas en otro centro. En el momento de la primera consulta presentaba una fistula con salida de material purulento en región pretibial y falta de consolidación del foco de fractura. VSG y PCR elevadas sin linfocitosis.
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